PASEO POR LA HABANA: LA CIUDAD DE MI ABUELO
La Habana del abuelo espera un luminoso amanecer…
La Habana, Patrimonio de la Humanidad. Luminosa y bella. Una ciudad vieja y monumental con profundas huellas españolas. Capital con el encanto de sus gentes y una historia escrita en piel canela y vivida por el abuelo Pepe, del que heredé un sable viejo…
Quiero entrar en ella navegando entre el Morro y La Punta, las dos fortalezas que protegían su puerto y, admirando la hermosa bahía, llegar a La Habana Vieja, el barrio más antiguo de la capital de Cuba, con más de mil edificios del siglo XVI, todos en los alrededores de la Plaza de Armas.
Aquí está el Museo de la Ciudad, en el Palacio que fue de los Capitanes Generales. Claro que en La Habana Vieja están todos los grandes monumentos antiguos, los conventos e iglesias, las calles más típicas y la gente más auténtica y habanera. Este es el conjunto colonial más rico de Latinoamérica.
Pero si vienes, te llevo también a Centro Habana, fascinante barrio de los siglos XVIII y XIX, en donde está la esencia de la ciudad. Situado entre La Habana Vieja y el Vedado. Aquí está el bullicio y el emblemático templo del Sagrado Corazón, neogótico. Y el pintoresco barrio Chino, cuatro o cinco calles extraviadas en medio del deterioro.
Si das un paseo en coche descapotable por los cinco kilómetros del Malecón, entre el Castillo de La Punta y los jardines de la Chorrera, cuando el sol está a punto de dormirse, vivirás la más romántica escena entre la ciudad y el mar.
En el Malecón está el centro estratégico de La Habana y las casas más bellas de la ciudad, esas que se caen a pedazos y siempre está rehabilitando la UNESCO. No sé si serán estos los inmuebles que, ahora, dice Raúl Castro, son ya de libre venta…
—- Pero, oiga, presidente… ¿Dónde está su dueño?
Contrastan esos edificios con los monumentos de la modernidad y el Hotel Nacional, el más hermoso de Cuba, en el que tuve el honor de conocer al gran García Márquez.
Desde él te invito a penetrar en el alegre mundo de el Vedado para llegar hasta el Hotel Habana Libre, ubicado en lo que se considera actualmente el centro de La Habana.
El Vedado es una perfecta cuadrícula en donde están bancos, compañías aéreas, agencias de viaje, cines, locales de ocio y los mejores helados del mundo, los del Coppelia, en donde las colas siguen siendo frecuentes.
Y si quieres, terminamos al sol siguiendo la traza de lo que los habaneros llaman el “Circuito Azul”, que no es otra cosa que las muy populares Playas del Este, siete en total que parecen una sola, y en donde se puede disfrutar del Caribe más auténtico.
Este es lugar de ocio poco frecuentado por el turismo convencional. En él nos podemos encontrar con alguno de los muchos gallegos que aún viven en la isla.
Aquí, mirando al mar verdiazul, aún escuchas, entre otras muchas, la canción que Carlos Puebla dedicó al Che o la que Milanés escribió para mi eterna Yolanda…
Me ha contado mi amiga Carmen Carballo que su amor brasileño, el de Yolanda, se quedó también por el camino; y que ahora solo vive intensamente el amor de sus nietos…
Carmen, Yolanda…
— “…El tiempo pasa. Nos vamos haciendo viejos y el amor no lo reflejo como ayer…”.
Ya nos lo cantaba Pablo, incluso cuando éramos jóvenes.
Playas del Este, un paraíso poco conocido.